La lengua de ternera, a pesar de ser un corte menos común en la cocina moderna, ha sido durante siglos un ingrediente apreciado en la gastronomía española. Su sabor intenso y su textura gelatinosa la convierten en un manjar para aquellos que se atreven a probarla. Hoy, en Carnicería El Carni, hablamos de esta delicatessen tan tradicional.

Redescubriendo la lengua de ternera

La lengua de ternera ha estado presente en la cocina española desde tiempos inmemoriales. Forma parte de la tradición culinaria de muchas regiones, especialmente en zonas rurales donde se aprovechaba al máximo cada parte del animal. Su preparación solía ser un acto de paciencia y habilidad, ya que requiere un cocinado prolongado para ablandar sus fibras.

La lengua de ternera es una excelente fuente de proteínas de alta calidad, vitaminas del grupo B y minerales como hierro y zinc. Además, contiene colágeno, que aporta elasticidad a la piel y fortalece los huesos.

En cuanto a su cocinado, la lengua de ternera se puede preparar de diversas maneras, aunque la más común es en salsa. Para prepararla, se cuece hasta que quede tierna y se trocea en rodajas. Luego, se termina de cocinar en una salsa elaborada con verduras, especias y vino, para que quede perfectamente impregnada de sabor.

También se puede cocinar estofada, a fuego lento y dejando una salsita espesa de las que no puedes evitar mojar pan.

Otras opciones, quizá menos populares, son el escabeche de lengua de ternera y la lengua fría, al estilo carpaccio.

En algunas zonas, como León, se toma curada, como si de un embutido más se tratase. Con un adobo similar al del chorizo, quienes la prueban, suelen repetir. Te recomendamos servirla loncheada y con un hilito de aceite de oliva de calidad y, por qué no, con un poco de queso tipo parmesano rallado por encima.

Y vosotros, ¿cómo tomáis la lengua de ternera?