Siempre que nos apetece comer Bacon nos enfrentamos a que o quede gomoso o grasiento.

¿Cómo hacemos para que esté tan crujiente como en los Burgers?, aquí os dejo una serie de trucos para que no tengan nada que envidiar a los de los restaurantes.

El método más habitual y el en el primero que pensamos es freírlo en la sartén. Como no estamos haciendo torreznos, no hace falta aceite.

Elegimos la panceta del grosor que prefiramos, pero eso sí, cuanto más gordita sea la loncha, más tardará en freírse y utilizaremos un fuego más suave, para que el interior no se quede gomoso. Si dejamos las ternillas y corteza hacedle unos pequeños cortes transversales a lo largo de la tira para que no se arrugue el bacon.

Empezamos con una sartén grande, plana y fría. Colocamos las lonchas de bacon dentro  y calentamos el fogón a media potencia, volteando las lonchas de vez en cuando con unas pinzas largas.

Cuando estén doradas a nuestro gusto, se sacan de la sartén colocándolas sobre un plato cubierto con un par de capas de papel absorbente para evitar que estén grasientas al servilas a la mesa.

Si no queréis salpicar todo lo que nos rodea en la cocina, lo mejor es usar agua. Aunque parezca absurdo, teniendo en cuenta que la grasa y el agua se llevan a matar, este método funciona.

Cubrimos el fondo de la sartén con agua después de haber puesto el bacon en ella. Después se calienta a fuego alto para evaporar el agua y una vez que ya no queda nada de ella, se baja la potencia para cocinar la panceta según las instrucciones anteriores. De esta manera habrá muchísimas menos salpicaduras, queda menos olor en la cocina y el bacon no se enrosca tanto, quedando perfectamente frito y crujiente.

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